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Gastroenterologia

El servicio de Gastroenterologia trata enfermedades simples a complejas, contando con un plantel de profesionales destacados que llegan en forma rapida y eficiente al diagnostico y tratamiento, aqui abajo te dejamos informacion importante acera de las patologias mas frecuentes. 

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PARTICULARES

Screening de Cáncer de Colon

Los programas de Screening de cáncer colorrectal (CCR) son eficaces en la prevención y el diagnóstico precoz de esta enfermedad.

Los programas de Screening de cáncer colorrectal (CCR) son eficaces en la prevención y el diagnóstico precoz de esta enfermedad.

Este tumor es muy frecuente tanto en hombres como mujeres y constituye la segunda causa de muerte por cáncer en nuestro país.

Esta enfermedad tiene lugar a partir de un crecimiento anómalo de las células de la mucosa del intestino grueso, dando lugar a lesiones iniciales que suelen ser polipoideas de tipo adenomatoso que, aunque sean benignas, con el paso del tiempo pueden malignizase. Más del 90 por ciento de los tumores se diagnostican en la población a partir de los 50 años, siendo la edad idónea para comenzar el Screening para su detección precoz.

Una enfermedad con alto porcentaje de curación

Aunque hay mayor riesgo de padecer cáncer de colon cuando existen varios miembros de la familia o uno de los mismos ha sido diagnosticado con cáncer de colon, a edad inferior a los 50-60 años, 9 de cada 10 de los casos que se diagnostican son esporádicos, es decir, sin familiares afectados o enfermedades hereditarias de colon.

Existen múltiples factores que intervienen en su desarrollo, que van desde la predisposición genética de cada individuo, hasta factores ambientales como la dieta, sedentarismo, consumo de alcohol y tabaco, enfermedades hereditarias e inflamatorias intestinales pueden favorecer su aparición.

La mayoría de los pólipos adenomatosos y el cáncer de colon en sus primeras etapas no producen síntomas. 

Por este motivo y por la elevada posibilidad de curación en esta fase inicial -más del 90 por ciento de supervivencia-, es fundamental realizar las pruebas de Screening de manera regular.

Las exploraciones utilizadas actualmente para el Screening de cáncer colorrectal son muy eficaces para la prevención y con un umbral de seguridad y aceptabilidad excelente por parte de los pacientes

Técnicas para detectar el cáncer de colon y sus lesiones precursores

Existen varios procedimientos para el examen inicial según las características y patología de cada paciente, pero las más utilizadas por su aceptabilidad, eficacia y seguridad son el test de sangre oculta en materia fecal (SOMF) y la colonoscopia.

El test de (SOMF) es un examen inicial sencillo que se puede realizar en el propio domicilio y que consiste en la recolección de muestras de heces para detectar si hay sangre; este test, cuando da resultado positivo, no significa la certeza de presentar un tumor maligno de colon, ya que existen otras patologías que pudieran dar el mismo resultado, pero sí es muy eficaz para identificar las personas a las que es necesario realizar una colonoscopia.

La colonoscopía es una exploración muy precisa para la detección de tumores de colon así como de sus lesiones precursoras con la que podemos observar directamente en un monitor, tras la introducción de un endoscopio, la completa totalidad de la mucosa del colon y del recto. Además nos permite realizar resección de las lesiones cuando se hallan en fase inicial evitando en la mayoría de los casos la aplicación de tratamientos más agresivos como la cirugía. 

Actualmente esta técnica es mejor aceptada por la población por la mejor tolerabilidad de los nuevos laxantes para la preparación y la aplicación de sedación durante el procedimiento, siendo bastante segura con bajas tasas de complicaciones.

El cáncer colorrectal requiere en la mayoría de los casos una vez diagnosticado una terapia multidisciplinar individualizada para cada paciente con el fin de ofrecer las mayores tasas de recuperación. Los procedimientos más utilizados actualmente son la cirugía, quimioterapia y radioterapia que consiguen tasas de supervivencia de más de un 50 por ciento a los 5 años en la mayor parte de los pacientes.

Pólipos Colónicos

Los pólipos colónicos son lesiones elevadas que aparecen en la pared del intestino grueso. Pueden ser malignos (neoplásicos) o benignos (no neoplásicos).

¿Qué es un pólipo colónico?


Los pólipos colónicos son lesiones elevadas que aparecen en la pared del intestino grueso. Pueden ser malignos (neoplásicos) o benignos (no neoplásicos).

¿Cuáles son los síntomas?

En muchos casos pueden ser asintomáticos, por lo que es importante que te hagas controles periódicos con tu médico. Algunas personas pueden tener:
? Sangrado con la materia fecal: se puede ver sangre roja o, a veces, la materia fecal se tiñe de color negro.
? Anemia en los análisis de sangre, que generalmente es por falta de hierro.
? Cambios en el ritmo evacuatorio, ya sea diarrea o constipación.
? Cambios en el calibre de la materia fecal, por ejemplo que sea más finita de lo habitual.
? Dolor abdominal.

¿Cuáles son sus causas?

En una situación normal las células que forman la pared del colon crecen de manera ordenada. Para que se forme un pólipo por algún motivo se pierde ese orden y las células empiezan a crecer mucho más rápido y de forma descontrolada, formado estas lesiones sobreelevadas.

¿Qué medidas preventivas podemos tomar?

Para prevenir la formación de los mismos debes adoptar hábitos saludables, como aumentar el consumo de frutas y vegetales, dejar de fumar y disminuir el consumo de alcohol. Realizar actividad física en forma regular y bajar de peso en caso de requerirlo.

La mejor manera de prevenir enfermedades asociadas a la aparición de pólipos colónicos (como el cáncer de colon) es consultar al médico a partir de los 50 años, o antes, en el caso de tener alguno de los síntomas descritos anteriormente.

¿Existen factores de riesgo?

Los factores de riesgo para la formación de pólipos colónicos son:
? La edad, a mayor edad mayor riesgo. Suelen aparecen en mayores de 50 años.
? Antecedentes familiares de pólipos o cáncer de colon, principalmente padres o hermanos.
? Antecedentes personales de enfermedades inflamatorias como son la Enfermedad de Crohn y la Colitis Ulcerosa.
? Tabaquismo y consumo excesivo de alcohol.
? Obesidad y realizar poca actividad física.
? Alto consumo de carnes rojas y poco consumo de frutas y vegetales.

Diagnóstico

Los métodos disponibles para realizar el diagnóstico son:

? Videocolonoscopía (VCC): permite ver tu intestino por dentro y en caso de detectar alguna lesión tomar una pequeña muestra de la misma (biopsia) o extirparla. Para este estudio necesitas hacer una preparación previa con un laxante para limpiar el intestino y que el médico que realiza el estudio tenga buena visión del mismo.

? Videocolonoscopía virtual: se ve tu intestino mediante una tomografía. Requiere que hagas una preparación como en el estudio anterior y si se llega a encontrar una lesión se debe realizar una VCC común.

? Colon por enema: también tienes que tomar laxantes previo al estudio. Se hace un enema con contraste para teñir todo el intestino y te sacan un montón de radiografías. Si se llega a encontrar una lesión también se debe realizar una VCC común.

? Análisis inmunoquímico de sangre oculta en materia fecal (FIT): se usa para buscar sangre no visible en la materia fecal. Se puede realizar anual si el resultado es negativo, pero si llega a ser positivo, deberás someterte a una VCC.

Tratamiento

Los pólipos colónicos deben ser extraídos, y esto se puede hacer mediante videocolonoscopía o cirugía en caso de que sean de gran tamaño o malignos.

Luego de la extracción de uno o más pólipos vas a tener que hacerte videocolonoscopías de seguimiento. El tipo de pólipo que te hayan sacado es el que va a determinar la frecuencia en la que te vas a tener que realizar las mismas.

Hígado graso

¿Qué es? Características

La enfermedad por hígado graso no alcohólico (EHGNA) se produce como consecuencia de la acumulación de grasa en el hígado. No es causada por el consumo de alcohol. La EHGNA está estrechamente relacionada con el Síndrome Metabólico.

Existen dos formas de presentación de EHGNA, una de ellas es una condición benigna en la cual existe infiltración grasa con mínimo o ausencia de infiltrado inflamatorio que se denomina Esteatosis Simple (ES); y la otra forma es aquella en la cual la infiltración de grasa se acompaña de un proceso inflamatorio, que produce un daño crónico y progresivo a nivel hepático llamado Esteatohepatitis No Alcohólica (EHNA).

¿Cuáles son los síntomas?

La mayoría de los pacientes con EHGNA no presentan síntomas. La aparición de los mismos puede tardar hasta 30 años en manifestarse, por lo general se presentan cuando la enfermedad en el hígado se encuentra en un estadio avanzado (cirrosis).

Sin embargo, en el caso de EHNA, aunque una persona no demuestre síntomas por muchos años el daño a nivel del hígado sigue produciendose, y por lo tanto la enfermedad sigue progresando.

¿Cuáles son sus causas?

La EHGNA es parte del llamado Síndrome Metabólico que se caracteriza por la presencia de Diabetes o pre Diabetes (Insulinoresistencia), sobrepeso u obesidad, hipertensión arterial y/o elevación de los lípidos en sangre, ya sean trigliceridos o colesterol (Dislipidemia). Es importante tener en cuenta, que no es necesario presentar todas estas manifestaciones para realizar el diagnóstico de Síndrome Metabólico, y que con la presencia de 3 de estos factores es suficiente.

Como se mencionó previamente, existen dos formas de EHGNA, siendo la forma más grave la EHNA. Esta última se asocia a un proceso inflamatorio crónico, y como toda enfermedad hepática crónica sino se toman medidas para revertirla o impedir su progresión, puede causar cirrosis en el largo plazo (alrededor de 20-30 años).

El mecanismo por el cual algunos pacientes desarrollan EHNA no es del todo conocido, pero se sabe que existen factores genéticos que predisponen a la presentar mayor infiltración grasa y mayor inflamación, así como también alteraciones en la microbiota (flora intestinal) y otros factores que se encuentran en investigación.

¿Qué medidas preventivas podemos tomar?

Las medidas preventivas que podemos tomar constituyen llevar una dieta saludable, mantener un peso adecuado, no beber alcohol, realizar actividad física, con el objetivo de tener un buen control de los niveles de glucosa, colesterol y triglicéridos en sangre, y presión arterial.

Diagnóstico

En la mayoria de los casos la EHGNA es un hallazgo, la presencia de la misma se evidencia en la ecografía abdominal como un aumento de la ecogenicidad en el higado, es decir que “brilla” más que lo habitual. Sin embargo, existen otras enfermedades hepáticas que pueden producir este aumento de la ecogenicidad. Es por eso, que es importante continuar con otros estudios como exámenes de sangre, en los cuales es necesario pesquisar otras causas de enfermedades hepáticas. Así como también, estudios que evalúen cómo se encuentra el funcionamiento hepático.

A su vez, cabe mencionar la resonancia magnética que permite cuantificar la cantidad de grasa que presenta el hígado.

Por su parte, la biopsia hepática es el método que permite diferenciar entre la presencia Esteatosis Simple o Esteatohepatitis. Asimismo, se han desarrollado métodos no invasivos que ayudan a predecir la presencia de Esteatosis Simple o Esteatohepatitis, y evaluar la presencia de fibrosis. Aunque es importante tener presente que estos métodos no reemplazan a la biopsia hepática.

Tratamiento

En la actualidad no hay un tratamiento específico para el tratamiento del EHGNA. Aunque existen muchas drogas que se encuentran en estudio.

Sin embargo, es importante realizar control y tratamiento de aquellas enfermedades que contribuyen al desarrollo de la EHGNA, como la Hipertensión Arterial, Dislipidemia, Diabetes o Insulinoresistencia; con el objetivo de disminuir no solo el impacto a nivel hepático, sino también prevenir el desarrollo de complicaciones cardiovasculares.

Por lo cual, se recomienda una pérdida de peso en forma progresiva, llevar una dieta saludable, no beber alcohol, realizar actividad física, tener un buen control de la diabetes, hipertensión arterial, y los niveles de colesterol y triglicéridos. Además de realizar los controles médicos en forma periódica.

Pronóstico

La mayoria de las personas que presentan EHGNA no tienen problemas de salud y muchos no desarrollan EHNA.

Como ya se ha mencionado, no está clara la razón por la cual algunas personas desarrollan EHNA. Pero es importante destacar, que la EHNA puede evolucionar a la cirrosis en un plazo de 20 a 30 años, si no se revierte la infiltración de grasa (esteatosis) y la inflamación.

Por otra parte, como la EHGNA se asocia a Síndrome Metabólico existe un aumento del riesgo de presentar enfermedad cardiovascular (enfermedades del corazón y de las arterias a largo plazo).

Hemorroides

Las hemorroides constituyen un tejido normal en el ano, compuesto por venas que tienen la función de almohadillar el conducto anal.

 

¿Qué son las hemorroides?

 

Las hemorroides constituyen un tejido normal en el ano, compuesto por venas que tienen la función de almohadillar el conducto anal. Es decir, tener hemorroides es normal, y en la mayoría de las personas no traen ninguna molestia.

 

Las hemorroides se clasifican en internas o externas. Las internas son aquellas que se localizan por arriba de la línea pectínea, que es la línea en que la mucosa del intestino (la capa más superficial) se une a la piel del ano, la cubierta de estas hemorroides es muy frágil. Por este motivo, es habitual que presenten sangrado ante cualquier agresión, como ser materia fecal muy dura, o aumento exagerado del tono del esfínter, que nos obliga a hacer mucha fuerza al momento de evacuar.

 

Existe otra manera de clasificar las hemorroides internas, que es según su desarrollo, en grados I al IV.
Grado I: Hemorroides que solo se dilatan adentro del ano al hacer esfuerzo evacuatorio
Grado II: Hemorroides también dentro del canal anal, pero que están dilatadas aún sin hacer fureza para evacuar.
Grado III: Hemorroides que producen afuera del margen del ano, al hacer fuerza, pero se reintroducen solas.
Grado IV: Hemorroides que permanecen afuera del ano aún sin el esfuerzo evacuatorio. Las hemorroides externas son aquellas que se ubican en la porción externa del ano, por debajo de la línea pectínea, y están cubiertas por piel, por lo general se acompañan también de hemorroides internas prolapsadas.

 

 

Síntomas:

 

Es muy frecuente que estas venas por diferentes razones se dilaten, y se vuelvan insuficientes, provocando molestias que pueden ser mínimas, como picazón (prurito), secreción acuosa o mucosa (moco), o pequeños sangrados.

 

 

Causas:

 

Existen factores congénitos predisponentes, (hereditarios), como también factores adquiridos, como ser la constipación o estreñimiento, la obesidad, el embarazo, y el hábito desordenado en el ritmo evacuatorio. Asimismo, es frecuente que se produzca dolor por trombosis, la cual se acompaña de inflamación, y la inflamación siempre se acompaña de dolor. A su vez el dolor conlleva a la HIPERTONIA del esfínter (contracción exagerada) y se cierra el círculo vicioso con más dolor más trombosis y más secreción. La trombosis es la formación de un coágulo adentro de la vena, y suele ser muy doloroso.

 

 

¿Qué medidas preventivas podemos tomar?

 

– El llevar un hábito intestinal regular ayuda a prevenir las complicaciones de la Hemorroides.
– Fijar un horario para evacuar en un ambiente cómodo y relajado.
– Evitar el Estrés
– Procurar realizar una dieta variada y saludable que incluya frutas y verduras a diario

 

 

¿Cuándo debo consultar al médico?

 

Ante cualquier deposición con sangre se debe consultar, ya que es un síntoma frecuente, que puede indicar sufrimiento hemorroidal, como también otros orígenes, que deben ser estudiados. También otros síntomas como picazón, secreción, o prolapso son motivo de consulta.

 

 

Tratamiento

 

Según la gravedad de las hemorroides, se podrá definir el tratamiento, ya sé que se dispone de una amplia gama de terapias, que van desde lo menos hasta lo más invasivo, según el caso. En las hemorroides pequeñas y poco sintomáticas, se puede manejar solo con medidas higiénicas, y cambio de hábitos alimentarios, en ocasiones se medica con un venotónico, o sea un medicamento que ayuda a reafirmar las paredes de las venas, solucionando así el sangrado. En ocasiones una crema o supositorio proctológico, es suficiente para superar un cuadro de inflamación aguda, se suelen acompañar de baños de asiento de agua de malva tibia, que es una medida higiénica muy utilizada por los especialistas.

 

Para las hemorroides internas, que frecuentemente sangran, el tratamiento más usado son las ligaduras de Barron. Son ligaduras con bandas elásticas, que se aplican a la Hemorroides internas, y simplemente las estrangulan, determinando que se sequen y caigan como una fruta seca. Tiene la ventaja de ser un método muy sencillo, poco invasivo, muy efectivo para esas hemorroides pequeñas, pero tan frecuentes, no requiere de analgésicos luego del procedimiento, y no requiere reposo ni interrumpir la actividad laboral.

 

Para aquellas hemorroides grandes, con gran prolapso, y muy sintomáticas, el proctólogo debe evaluar el tratamiento según el caso, existe para ello la cirugía tradicional, la cirugía con láser, y la cirugía con sutura mecánica o PPH.

 

 

¿Vuelven las hemorroides luego del tratamiento?

 

Luego del tratamiento con ligaduras elásticas, el 15% de los pacientes pueden requerir un segundo procedimiento igual en los siguientes 2 años, ya que es un tratamiento poco invasivo. Luego de una cirugía con PPH, que es más radical, es muy poco frecuente que recidiven las hemorroides.

Esofagitis

Es la inflamación del esófago (conducto que conecta la garganta con el estómago).

¿Qué es la esofagitis?

Es la inflamación del esófago (conducto que conecta la garganta con el estómago).

¿Cuáles son sus síntomas?

Los síntomas más frecuentes son el ardor o dolor detrás del esternón, eructos, regurgitación, náuseas y dolor al tragar.

¿Cuáles son sus causas?

La causa más frecuente es el reflujo gastroesofágico (ácido que produce el estómago que, por distintas razones, asciende al esófago y lo inflama).

¿Qué medidas preventivas podemos tomar?

Mantener una dieta saludable, evitar grandes ingestas de comida, esperar al menos dos horas para acostarse después de cenar; evitar el alcohol, la cafeína, las grasas y el chocolate durante la cena. Esperar al menos 20 minutos para acostarse luego de ingerir remedios (pastillas/cápsulas).

Toda actividad que ayude a la disminución del stress (meditación, relajación, técnicas de respiración, ejercicio físico) también es beneficioso para una buena digestión.

Diagnóstico

Para su diagnóstico se realiza una endoscopía digestiva alta y dependiendo de este resultado, síntomas del paciente y respuesta al tratamiento médico, se evaluará la indicación de estudios funcionales (manometría esofágica/pH impedanciometría).

Tratamiento

Si bien los antiácidos pueden mejorar los síntomas temporariamente, no curan la inflamación de la pared del esófago producida por el reflujo. Para esto el médico deberá indicar inhibidores de la bomba de protones (omeprazol o sus derivados).

Dispepsia

La Dispepsia es un trastorno de tipo funcional de alta prevalencia en el sexo femenino.

¿Qué es la Dispepsia?

La Dispepsia es un trastorno de tipo funcional de alta prevalencia en el sexo femenino, crónico e intermitente, que produce múltiples síntomas en ausencia de enfermedades orgánicas que las justifiquen.

¿Cuáles son sus síntomas?

• Sensación de plenitud postprandial luego de comidas de volumen normal.
• Saciedad precoz que impide finalizar una comida de volumen normal.
• Ardor epigástrico o dolor epigástrico que se induce o alivia con la ingesta o que se presenta también en ayunas.

¿Cuáles son sus causas?

• Infección por Helicobacter Pylori (40-60%). Hay evidencia que una pequeña proporción pero estadísticamente significativa de los pacientes mejoran luego de la erradicación del Helicobacter Pylori.
• Retraso en el vaciamiento gástrico (20-50%). Se asocia con plenitud postprandial, náuseas y vómitos.
• Alteración de la acomodación gástrica a la comida (40%). Se asocia con saciedad precoz y pérdida de peso.
• Hipersensibilidad a la distensión gástrica (34%). Es la percepción anormal a estímulos viscerales. Se asocia con dolor postprandial, pérdida de peso y ansiedad.
• Trastornos psicosociales, ansiedad, depresión. 
• Dispepsia Postinfecciosa: luego de haber padecido una gastroenterocolitis aguda aumenta 7 veces el riesgo de dispepsia funcional.

¿Qué medidas preventivas podemos tomar?

• Realizar comidas frecuentes y en pequeñas cantidades.
• Respetar los horarios de las comidas, no saltear comidas.
• No comer rápido (aerofagia).
• Tener en cuenta que las grasas aumentan los síntomas (principalmente la distensión).
• Las proteínas aumentan la saciedad precoz.
• Tomar cantidades moderadas de café y alcohol.
• Evitar alimentos gatillo.
• Mejorar el estilo de vida (stress/ansiedad).

Diagnóstico:

Se recomienda realizar Videoendoscopía Digestiva Alta a pacientes mayores de 50 años o en aquellos con signos/síntomas de alarma como ser pérdida de peso, anemia, vómitos recurrentes, antecedente familiar de Cáncer Gástrico.

En menores de 50 años se recomienda realizar Test del Aire Espirado para búsqueda de Helicobacter Pylori .

Tratamiento:

• Es importante la relación médico-paciente para evacuar dudas y explicar el diagnóstico.
• Dieta y hábitos alimentarios.
• Erradicación de Helicobacter Pylori en caso de Test del Aire Espirado positivo.
• Se utilizan los inhibidores de la bomba de protones que son efectivos en pacientes con dolor epigástrico y se pueden asociar con proquinéticos. La duración del tratamiento es de 4 a 8 semanas y en caso de no responder se realizará Videoendoscopía Digestiva Alta. 
• Los proquinéticos son de primera elección en la plenitud postprandial y saciedad precoz.
• Los antidepresivos y ansiolíticos que actuarían sobre la Hipersensibilidad Visceral y el umbral del dolor, se utilizan en pacientes que no han respondido a la terapia de primera línea en pacientes con alta comorbilidad psiquiátrica (ansiedad y depresión).

 

Colitis

La Colitis es una inflamación del intestino grueso que puede causar distintos síntomas de acuerdo a la intensidad del cuadro y del estado de salud previo del paciente.

¿Qué es la Colitis?

La Colitis es una inflamación del intestino grueso que puede causar distintos síntomas de acuerdo a la intensidad del cuadro y del estado de salud previo del paciente.

Tipos de Colitis

Las Colitis se pueden clasificar de acuerdo a la causa que las generan, siendo las principales:

  • Colitis ulcerosa: es una enfermedad inflamatoria intestinal crónica que produce úlceras a nivel del recto y el colon, pudiendo cursar con períodos sintomáticos (exacerbaciones) y asintomáticos (remisiones).

  • Colitis isquémica: se genera por una obstrucción a nivel de los vasos que llevan sangre al intestino. Suele ocurrir en pacientes con factores de riesgo, como son la diabetes, la elevación del colesterol, la insuficiencia cardíaca o las enfermedades coronarias.

  • Colitis pseudomembranosa: ocurre por la infección por una bacteria llamada Clostridium Difficile, la cual produce y libera toxinas capaces de lesionar la pared del intestino. Se asocia al uso previo de antibióticos, internaciones prolongadas, edad avanzada (mayores de 65 años), y enfermedad inflamatoria intestinal entre otros.

  • Colitis nerviosa o mejor conocida como Síndrome de Intestino Irritable: es un trastorno que se genera en ausencia de lesiones orgánicas, es decir, funcional. Suele manifestarse con dolor abdominal y cambio en la consistencia o frecuencia de las deposiciones antes situaciones de estrés o ciertos alimentos.

  • Colitis rádica: se refiere a los cambios producidos en el colon y recto por la radiación secundaria al tratamiento de radioterapia en los pacientes con cáncer de próstata, útero, recto, ano, vejiga y testículos.

¿Cuáles son los principales síntomas?

Los síntomas pueden incluir:

  • Distensión y dolor abdominal, en forma constante o intermitente.

  • Gases.

  • Alternar entre períodos de diarrea y constipación.

  • Ganas constantes de tener deposiciones.

  • Sangre y/o moco en la materia fecal.

  • Fiebre y/o escalofríos.

  • Deshidratación.


¿Cuáles son sus causas?

Dentro de las causas se podrían incluir:

  • Infecciones virus, bacteria, o parásitos.

  • Estrés.

  • Autoinmunidad.

  • Isquemia, por falta de flujo sanguíneo.

  • Radiación previa al intestino.

  • Aunque en algunos casos la causa puede permanecer desconocida.

¿Qué medidas preventivas podemos tomar?

La mejor manera de prevenir es realizar siempre los controles correspondientes de acuerdo a tu edad y antecedentes y ante la aparición de cualquiera de los síntomas mencionados previamente consultar a tu médico.

Diagnóstico

El diagnóstico es realizado por el médico teniendo en cuenta la suma de los síntomas por los que consulta el paciente y los resultados de los estudios realizados. Dentro de estos se encuentran:

  • Radiografía de abdomen.

  • Tomografía computada de abdomen y pelvis con contraste oral y endovenoso.

  • Análisis de sangre y de materia fecal.

  • Videocolonoscopía con toma de biopsias.

Tratamiento

El tratamiento va a depender de la causa de la Colitis. El objetivo principal es aliviar los síntomas, por lo que se suelen indicar medicamentos para el dolor, bajar la temperatura y disminuir los episodios de diarrea asociados a la dieta. Además, hay tratamientos específicos, como pueden llegar a ser los antibióticos en la Colitis pseudomembranosa o los corticoides en los casos moderados – severos de la Colitis ulcerosa.

Angiodisplasia

La Angiodisplasia se trata de un acúmulo de vasos (tubos que transportan la sangre) patológicamente dilatados lo que lo hace susceptible a roturas frecuentes.

¿Qué es una Angiodisplasia?

La palabra Angiodisplasia está formada por dos partes: Angio, refiere a los vasos sanguíneos y Displasia significa, alteración del crecimiento; frecuentemente también se la llama “Malformación Vascular”, ambas denominaciones pueden generar confusión, por esto los especialistas preferimos denominar a estas lesiones Angioectasias.

Se trata de un acúmulo de vasos (tubos que transportan la sangre) patológicamente dilatados, por tener una pared muy adelgazada y frágil, lo que lo hace susceptible a roturas frecuentes, con la consiguiente pérdida de su contenido, o sea sangrado.

Se pueden encontrar en las capas más internas del tubo digestivo, preponderantemente en orden de frecuencia en Colon, Estómago e Intestino Delgado.

¿Cuáles son los síntomas?

Los síntomas son consecuencia del sangrado que generan. Cuando el sangrado es escaso pero constante, genera anemia, la cual puede manifestar varios síntomas. Si el sangrado es mayor, se puede manifestar como vómitos con contenido hemático o deposiciones fecales con restos sanguíneos.

¿Cuáles son sus causas?

El origen exacto de estas lesiones, no está claro. Suelen asociarse a ciertas enfermedades, que tienen en común el insuficiente aporte de oxígeno a los tejidos:

• de la sangre (enfermedad de von Willebrand),
• de las válvulas del corazón (estenosis aórtica),
• de las arterias (vasculopatía periférica)
• de los riñones (insuficiencia renal crónica avanzada),
• del hígado (cirrosis hepática),
• de los pulmones (EPOC), etc.

¿Qué medidas preventivas podemos tomar?

Es importante entender que esta manifestación es la consecuencia de una enfermedad vascular, por tanto lo mejor es evitar los factores de riesgo de enfermedad cardiovascular, realizar una vida sana, evitando el sobrepeso y sedentarismo, no fumar, disminuir el consumo de grasas y alimentos industrializados, aumentando el consumo de vegetales frescos.

Diagnóstico

En pacientes con una hemorragia digestiva, sea esta claramente evidente o solo sea manifestada por anemia crónica, debe iniciar su valoración con Videoendoscopías habitualmente conocidas como Endoscopía alta (con lo que se valorará el Esófago, el Estómago y el Duodeno) y Endoscopía Baja o Colonoscopía (que valorará el Recto, el Colon y la última porción del Intestino Delgado, el Íleon terminal).

Hasta en el 5% de las ocasiones no se encuentran lesiones sangrantes en ninguna de estas endoscopías, por lo que se debe explorar el intestino delgado, con Cápsula Endoscópica.


Tratamiento

El tratamiento de elección es mediante endoscopía. Se coagulan las lesiones con termocoagulación, siendo el método de elección la utilización de sondas con Argón Plasma.

La Arteriografía y/o la Cirugía con endoscopía intraoperatoria son técnicas complementarias que se deben reservar para hemorragias graves sin respuesta al tratamiento endoscópico o en caso de hemorragia masiva que pone en peligro la vida del paciente.

En los casos donde las lesiones son innumerables o no responden al tratamiento endoscópico, puede indicarse tratamiento con fármacos, aunque aún falta evidencia científica más sólida para indicar esto como tratamiento de primera línea para todos los pacientes.

Reflujo Gastroesofágico

El reflujo gastroesofágico es el pasaje del contenido gástrico hacia el esófago.

¿De qué hablamos cuando decimos reflujo gastroesofágico?

El reflujo gastroesofágico es el pasaje del contenido gástrico hacia el esófago. Si es producido por pequeños volúmenes este se considera fisiológico, pero si el se prolonga en el tiempo y la frecuencia es alta el contacto del esófago que no está preparado para el contacto con el ácido puede generar síntomas y en algunos casos complicaciones

Los síntomas típicos de reflujo son la acidez o quemazón en el pecho (pirosis) o la sensación de líquido que asciende hacia la boca (regurgitación). Otro de los síntomas posibles es el dolor de pecho luego de haber excluido las causas cardíacas. También pueden estar asociados síntomas como tos, disfonía, carraspeo, cuando coexisten síntomas típicos de reflujo o algún estudio que avale la asociación.

¿Qué causa la Enfermedad del Reflujo Gastroesofágico?

La enfermedad del reflujo gastroesofágico ocurre cuando hay un desequilibrio entre los mecanismos de defensa normales del esófago y los factores ofensivos tales como el ácido y otros jugos y enzimas digestivas del estómago. A menudo, la barrera entre el estómago y el esófago esta afectada por el debilitamiento del músculo (esfínter esofágico inferior) o la presencia de una hernia de hiato, donde una parte del estómago está desplazada hacia el pecho. Las hernias de hiato, sin embargo, son comunes y no todas las personas que tienen hernia de hiato presentan reflujo. Una causa muy importante de reflujo es la obesidad ya que el aumento de la presión en el abdomen sobrepasa la barrera entre el estómago y el esófago. La obesidad, el embarazo, el tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol y de diversos alimentos irritantes tales como café, bebidas cítricas, productos a base de tomate, chocolate, menta y comidas grasosas también pueden contribuir a los síntomas del reflujo.

¿Qué factores intervienen?

Algunas de las siguientes causas aumentan el riesgo de sufrir la enfermedad por reflujo, la obesidad, la hernia de hiatal, el embarazo, trastornos de tejido conjuntivo, como esclerodermia, retraso del vaciado gástrico, fumar comidas abundantes o comer tarde por la noche, alcohol o café, ciertos medicamentos, como analgésicos no esteroides, ácido acetil salicílico.

¿Cómo estudiamos el reflujo?

Dentro las diferentes opciones diagnósticas podemos encontrar los siguientes estudios:

  • Seriada esófago gastro duodenal (SEGD): Consta de un estudio radiológico del tracto digestivo superior donde mediante la administración de una solución de contraste se obtienen múltiples radiografías donde se puede observar el contorno del esófago, el estómago y la primera parte del intestino a menudo se pueden evidenciar las hernias hiatales y mediante maniobras mecánicas se puede visualizar reflujo.

  • Videoendoscopìa digestiva alta: Es un procedimiento endoscópico que permite examinar la parte alta del tracto gastrointestinal, compuesto por el esófago, el estómago y el duodeno. Se utiliza un tubo delgado y flexible llamado endoscopio, que posee una lente propia y cámara de televisión integrada a un circuito computarizado digital. A menudo, los resultados de las pruebas pueden ser normales cuando hay reflujo, pero una endoscopia puede detectar la inflamación del esófago (esofagitis) u otras complicaciones. La endoscopia también podría realizarse para obtener una muestra de tejido (biopsia) a fin de analizarla y detectar posibles complicaciones, como el esófago de Barrett.

  • Manometría esofágica: Esta prueba mide las contracciones musculares rítmicas en el esófago cuando tragas. La manometría esofágica también mide la coordinación y la fuerza que ejercen los músculos del esófago.

  • Prueba ambulatoria de ácido (pH) en forma inalámbrica o con sonda: Se coloca un monitor en el esófago para determinar cuándo, y durante cuánto tiempo, el ácido estomacal regurgita al esófago. El monitor se conecta a una pequeña computadora que se usa alrededor de la cintura o con una correa sobre el hombro. El monitor podría ser un tubo delgado y flexible (catéter) que se introduce por la nariz hasta el esófago, o una grapa que se coloca en el esófago durante la endoscopía y que se elimina en las heces después de aproximadamente dos días.

¿Qué opciones de tratamiento tenemos a la mano?

Se puede recomendar medidas higiénico dietéticas aunque las únicas que demostraron científicamente ser eficaces fueron elevar la cabecera de la cama aproximadamente 15 cm, y la disminución de la grasa abdominal. Con respecto a la modificación de la dieta, esto debe ser una recomendación individualizada en cada paciente.

Los inhibidores de la bomba de protones son las drogas más apropiadas para el manejo de la enfermedad. En este grupo se incluyen: omeprazol, lanzoprazol, rabeprazol, esomeprazol, pantoprazol o dexlansoprazol. Las mimas tienen mayor efectividad en la resolución de los síntomas, la curación de la mucosa del esófago y la solución de las complicaciones.

El tipo y tiempo de tratamiento siempre estará dictaminado por su médico tratante dependiendo de las características de su reflujo.

Meteorismo

El meteorismo es el aumento de aire en el tubo digestivo que genera distensión de la pared intestinal e incremento de la eliminación de gases.

¿Qué es meteorismo?

El meteorismo es el aumento de aire en el tubo digestivo que genera distensión de la pared intestinal e incremento de la eliminación de gases.

Es uno de los síntomas gastrointestinales más frecuentes en la población general. Puede generar malestar en las personas que lo padecen e incluso afectar su vida social.

La eliminación de gases y eructos diariamente son un mecanismo fisiológico para eliminar el aire que ha quedado atrapado en el tubo digestivo. En promedio, una persona, elimina entre 14 y 23 gases en el día, y los eructos son habituales luego de las comidas.

En algunas ocasiones este número puede ser excesivamente mayor, o estar dentro del esperable pero acompañado de continuos ruidos y dolor abdominal intenso localizado en el centro o a los lados del abdomen. En esos casos hablamos de meteorismo.

¿Cuáles son sus causas?

El meteorismo puede tener múltiples causas como:

  • Aerofagia, que es la ingesta excesiva de aire. Se produce principalmente por comer o beber muy rápido, masticar chicle o fumar.

  • Producción bacteriana. Las bacterias que pertenecen a nuestra flora intestinal habitualmente producen gas como parte del metabolismo de los alimentos. Pero existen algunos alimentos que generan mayor producción que otros. En algunos casos puede existir Sobrecrecimiento Bacteriano que es un cuadro de alteración de la flora intestinal habitual que genera malabsorción.

  • Problemas en la digestión de ciertos alimentos. Los más comunes son lactosa y trigo.

  • Enfermedades del tubo digestivo. Algunas a destacar son la Enfermedad Celíaca y el Síndrome de Colon Irritable, aunque hay múltiples patologías que presentan meteorismo dentro de su cuadro clínico.

¿Qué medidas preventivas podemos tomar?

Se recomienda disminuir el consumo de algunos alimentos que favorecen la producción de gas en el tubo digestivo. Los más frecuentes son:

  • Lácteos.

  • Cereales (principalmente trigo).

  • Algunas verduras: crucíferas, papa y maíz.

  • Legumbres.

  • Bebidas con gas.

  • Azúcar y endulzantes artificiales.

  • Chicle.


Diagnóstico

El meteorismo se diagnostica en la consulta médica a través del interrogatorio y el examen físico. Si es necesario, se solicitan estudios para descartar distintas patologías que lo provocan. Entre ellos se encuentran los anticuerpos para Enfermedad Celíaca en sangre, la Endoscopía Digestiva con biopsias de duodeno y el Test de Hidrógeno en Aire Espirado.

Tratamiento

El tratamiento del meteorismo, sin otra causa subyacente, es la modificación de la dieta, del estilo de vida y antiflatulentos como la Simeticona. También puede estar relacionado con algunas patologías del tubo digestivo. En ese caso se debe realizar tratamiento específico para la enfermedad de base.

Hígado graso

¿Qué es? Características

La enfermedad por hígado graso no alcohólico (EHGNA) se produce como consecuencia de la acumulación de grasa en el hígado. No es causada por el consumo de alcohol. La EHGNA está estrechamente relacionada con el Síndrome Metabólico.

Existen dos formas de presentación de EHGNA, una de ellas es una condición benigna en la cual existe infiltración grasa con mínimo o ausencia de infiltrado inflamatorio que se denomina Esteatosis Simple (ES); y la otra forma es aquella en la cual la infiltración de grasa se acompaña de un proceso inflamatorio, que produce un daño crónico y progresivo a nivel hepático llamado Esteatohepatitis No Alcohólica (EHNA).

¿Cuáles son los síntomas?

La mayoría de los pacientes con EHGNA no presentan síntomas. La aparición de los mismos puede tardar hasta 30 años en manifestarse, por lo general se presentan cuando la enfermedad en el hígado se encuentra en un estadio avanzado (cirrosis).

Sin embargo, en el caso de EHNA, aunque una persona no demuestre síntomas por muchos años el daño a nivel del hígado sigue produciendose, y por lo tanto la enfermedad sigue progresando.

¿Cuáles son sus causas?

La EHGNA es parte del llamado Síndrome Metabólico que se caracteriza por la presencia de Diabetes o pre Diabetes (Insulinoresistencia), sobrepeso u obesidad, hipertensión arterial y/o elevación de los lípidos en sangre, ya sean trigliceridos o colesterol (Dislipidemia). Es importante tener en cuenta, que no es necesario presentar todas estas manifestaciones para realizar el diagnóstico de Síndrome Metabólico, y que con la presencia de 3 de estos factores es suficiente.

Como se mencionó previamente, existen dos formas de EHGNA, siendo la forma más grave la EHNA. Esta última se asocia a un proceso inflamatorio crónico, y como toda enfermedad hepática crónica sino se toman medidas para revertirla o impedir su progresión, puede causar cirrosis en el largo plazo (alrededor de 20-30 años).

El mecanismo por el cual algunos pacientes desarrollan EHNA no es del todo conocido, pero se sabe que existen factores genéticos que predisponen a la presentar mayor infiltración grasa y mayor inflamación, así como también alteraciones en la microbiota (flora intestinal) y otros factores que se encuentran en investigación.

¿Qué medidas preventivas podemos tomar?

Las medidas preventivas que podemos tomar constituyen llevar una dieta saludable, mantener un peso adecuado, no beber alcohol, realizar actividad física, con el objetivo de tener un buen control de los niveles de glucosa, colesterol y triglicéridos en sangre, y presión arterial.

Diagnóstico

En la mayoria de los casos la EHGNA es un hallazgo, la presencia de la misma se evidencia en la ecografía abdominal como un aumento de la ecogenicidad en el higado, es decir que “brilla” más que lo habitual. Sin embargo, existen otras enfermedades hepáticas que pueden producir este aumento de la ecogenicidad. Es por eso, que es importante continuar con otros estudios como exámenes de sangre, en los cuales es necesario pesquisar otras causas de enfermedades hepáticas. Así como también, estudios que evalúen cómo se encuentra el funcionamiento hepático.

A su vez, cabe mencionar la resonancia magnética que permite cuantificar la cantidad de grasa que presenta el hígado.

Por su parte, la biopsia hepática es el método que permite diferenciar entre la presencia Esteatosis Simple o Esteatohepatitis. Asimismo, se han desarrollado métodos no invasivos que ayudan a predecir la presencia de Esteatosis Simple o Esteatohepatitis, y evaluar la presencia de fibrosis. Aunque es importante tener presente que estos métodos no reemplazan a la biopsia hepática.

Tratamiento

En la actualidad no hay un tratamiento específico para el tratamiento del EHGNA. Aunque existen muchas drogas que se encuentran en estudio.

Sin embargo, es importante realizar control y tratamiento de aquellas enfermedades que contribuyen al desarrollo de la EHGNA, como la Hipertensión Arterial, Dislipidemia, Diabetes o Insulinoresistencia; con el objetivo de disminuir no solo el impacto a nivel hepático, sino también prevenir el desarrollo de complicaciones cardiovasculares.

Por lo cual, se recomienda una pérdida de peso en forma progresiva, llevar una dieta saludable, no beber alcohol, realizar actividad física, tener un buen control de la diabetes, hipertensión arterial, y los niveles de colesterol y triglicéridos. Además de realizar los controles médicos en forma periódica.

Pronóstico

La mayoria de las personas que presentan EHGNA no tienen problemas de salud y muchos no desarrollan EHNA.

Como ya se ha mencionado, no está clara la razón por la cual algunas personas desarrollan EHNA. Pero es importante destacar, que la EHNA puede evolucionar a la cirrosis en un plazo de 20 a 30 años, si no se revierte la infiltración de grasa (esteatosis) y la inflamación.

Por otra parte, como la EHGNA se asocia a Síndrome Metabólico existe un aumento del riesgo de presentar enfermedad cardiovascular (enfermedades del corazón y de las arterias a largo plazo).

Halitosis

¿Qué es la Halitosis?

La Halitosis se define como mal aliento más allá del nivel socialmente aceptado. Genera una preocupación significativa en algunas personas que pueden ver una afectación negativa en su calidad de vida y en sus relaciones personales.

 

¿Cuáles son sus causas?

Existen múltiples causas para la halitosis. Muchas de ellas son temporales, como el ayuno prolongado, la falta de hidratación, el tabaquismo y el consumo de ciertos alimentos (cebolla, ajo, etc.). Pero también podemos encontrar causas patológicas. Las más frecuentes son:

  • Higiene oral deficiente. Es la causa más frecuente de halitosis y se genera debido a las partículas de alimento que quedan atrapadas entre los dientes. Puede evolucionar a periodontitis o gingivitis, que perpetúan el mal aliento.

  • Nasal. En los casos de sinusitis aguda o crónica el goteo post nasal se puede depositar en la lengua cuya microbiota lo convierte en un aroma degradable.

  • Respiratorio. A través de infecciones pulmonares como bronquitis, bronquiectasias y abscesos pulmonares.

  • Gastroesofágico. El divertículo de Zenker, la presencia de fístula gastro-cólica, la infección por Helicobacter Pylori y la enfermedad por reflujo gastroesofágico pueden generar halitosis.

  • Sistémicas. Existen enfermedades particulares que pueden generar mal olor a través de la boca y la nariz como algunos de sus síntomas. Entre estas podemos nombrar a la enfermedad renal avanzada, enfermedad hepática avanzada y cetoacidosis diabética.


¿Qué medidas preventivas podemos tomar?

Las medidas preventivas incluyen evitar alimentos o bebidas que dejen fuertes residuos a nivel oral, mantener una hidratación adecuada, evitar los períodos de ayuno prolongados y el tabaquismo. Pero la medida más fundamental para no tener mal aliento es mantener una buena higiene oral.


Diagnóstico

El diagnóstico de esta entidad se realiza a través de la percepción del aliento del paciente por sí mismo, su entorno y su médico tratante.

Tratamiento

El tratamiento es el de la patología subyacente que está causando este síntoma.

En el caso de la mala higiene oral, se recomienda la evaluación por un odontólogo que trate los trastornos de base (periodontitis, gingivitis, caries) y pueda dar pautas para mantenimiento del cuidado de los dientes y boca.

Dentro de las patologías gastroenterológicas que pueden provocar halitosis se encuentran la infección por Helicobacter Pylori y la enfermedad por reflujo gastroesofágico. Para la primera es necesario realizar un tratamiento de erradicación con antibióticos y la segunda se comienza con inhibidores de las bombas de protones (ej: omeprazol, pantoprazol, esomeprazol, etc.). En caso de escasa respuesta se debe realizar una Videoendoscopía Digestiva Alta para identificar causas de refractariedad al tratamiento.

Cuando la Halitosis por origen nasal, respiratorio o sistémico se debe mantener seguimiento por la especialidad que corresponda (otorrinolaringología, neumología, clínica médica).

Dolor abdominal

El dolor abdominal es un síntoma, sus causas son múltiples y abarcan enfermedades de escaso riesgo hasta otras muy graves que son consideradas como una emergencia médica.

¿Qué es el dolor abdominal?

El dolor abdominal es un síntoma, sus causas son múltiples y abarcan enfermedades de escaso riesgo hasta otras muy graves que son consideradas como una emergencia médica.

Habitualmente, no nos damos cuenta de ninguna de las acciones de los órganos interiores del abdomen, ni de las molestias producidas por actividades tales como la ingestión de alimentos, el tránsito de éstos a través de los intestinos y los movimientos intestinales.

Cuando los receptores nerviosos encargados de recoger estímulos de los órganos abdominales perciben un estímulo que hace daño o una regulación alterada de las funciones digestivas como secreción, la movilidad intestinal y el flujo sanguíneo, la transmiten al cerebro y llegan a la conciencia de la persona como una sensación desagradable que se manifiesta como malestar o dolor abdominal.

¿Cuáles son sus características?

El dolor abdominal puede clasificarse en tres tipos según su mecanismo de producción:

El dolor visceral proviene de los órganos situados en el interior de la cavidad abdominal (denominados vísceras). Los nervios de las vísceras no responden al corte, el desgarro ni la inflamación. En lugar de ello, los nervios responden con el estiramiento del órgano (como cuando los intestinos se dilatan por los gases) o con la contracción de los músculos. El dolor visceral no suele ser muy intenso pero puede ser insidioso o continuo y, generalmente, es difícil de describir o localizar. Se describe por lo general como calambre, quemazón o retortijón. Es frecuente que el dolor visceral vaya acompañado de síntomas como sudoración, inquietud, náuseas, vómitos, transpiración y palidez.

El dolor somático proviene de la membrana (peritoneo) que recubre la cavidad abdominal (cavidad peritoneal). A diferencia de los nervios de las vísceras, los nervios del peritoneo responden al corte y a la irritación (por ejemplo, debida a la presencia de sangre, infección, sustancias químicas o inflamación). El dolor somático es intenso y su localización es bastante fácil de precisar. Suele empeorar con el movimiento o la tos.

El dolor referido se localiza en zonas a distancia del órgano lesionado puede localizarse en la piel o en tejidos más profundos, pero suele estar bien localizado. Ejemplo de dolor referido es el dolor inguinal causado por cálculos renales.
Además puede clasificarse por su duración:

El dolor abdominal agudo por lo general tiene una duración de menos de 6 hs hasta 7 días de evolución, las causas pueden oscilar entre afecciones leves que se resuelven sin tratamiento y emergencias médicas.

El dolor abdominal crónico puede durar de meses a semanas, o incluso años, puede ser intermitente o episódico, lo que quiere decir que puede ir y venir, pero no necesariamente empeorar con el tiempo, a menudo resulta difícil determinar la causa específica, la mayoría de las veces no se asocia con alteraciones de la estructura de un órgano.

Algunas enfermedades provocan dolor abdominal progresivo, el dolor abdominal que empeora a un ritmo constante con el tiempo, a menudo acompañado de la presencia de otros síntomas, suele ser grave.

¿Cuáles son sus causas?

El dolor puede surgir desde cualquier estructura interior del abdomen o de la pared abdominal. Además, los mensajes de dolor que se originan en otros sitios como el pecho, espalda o la pelvis pueden a veces percibirse como procedentes del abdomen. Por ejemplo, los pacientes con ataques cardíacos o neumonía, en ocasiones, suelen referir dolor en la parte superior del abdomen en lugar de dolor en el pecho.

Por otro lado, las causas del dolor abdominal agudo pueden ser diferentes si su origen es intra-abdominal o extra-abdominal:

Origen intra-abdominal:

• Peritonitis: inflamación del peritoneo, una membrana que recubre las paredes abdominales internas y los órganos dentro del abdomen, generalmente ocurre a causa de una infección bacteriana o el contenido gastrointestinal que puede ser el resultado de la perforación de un órgano en el abdomen.

• Apendicitis: inflamación del apéndice, una bolsa en forma de dedo que se proyecta desde el colon en el lado inferior derecho del abdomen. La obstrucción de la luz apendicular por un fecalito (piedrita de materia fecal) es el evento inicial.

• Colecistitis: infamación de la vesícula y en la mayoría de los casos se produce por la impactación de un cálculo biliar en el cuello vesicular.

• Diverticulitis: inflamación de los divertículos, son bolsas abultadas y pequeñas que se pueden formar en el revestimiento del sistema digestivo. Por lo general, se encuentran en la parte inferior del intestino grueso (colon). En ocasiones se inflaman o se infectan una o más de las bolsas.

• Perforación por ulcera péptica: perforación de una “úlcera” es una llaga abierta que se puede formar en el revestimiento del estómago y la parte superior del intestino delgado (duodeno).

• Pancreatitis: inflamación del páncreas, la mayoría de las veces por obstrucción por cálculos biliares del conducto que sale del páncreas o que están cerca de él.

• Adenitis mesentérica: inflamación de los ganglios linfáticos en los pliegues de la membrana que mantiene los órganos abdominales en su lugar.

• Obstrucción intestinal (1): es un bloqueo que no permite que pase comida o líquido a través del intestino delgado o intestino grueso (colon). Las causas pueden incluir franjas fibrosas de tejido (adherencias) en el abdomen que se forman después de una cirugía, intestino inflamado (enfermedad de Crohn), bolsitas infectadas en el intestino (diverticulitis), hernias y cáncer de colon.

• Obstrucción biliar: es un bloqueo en las vías biliares que no permite el pasaje de bilirrubina desde la vesícula, por lo general por cálculos biliares y genera el llamado “cólico biliar”.

• Hepatomegalia congestiva: se produce por estiramiento de las terminaciones nerviosas de la capsula que recubre el hígado.

• Isquemia mesentérica oclusiva y no oclusiva (2): disminución crítica del flujo de sangre y oxígeno a los intestinos que puede dañarlos de forma permanente.

• Hernia estrangulada: se produce cuando un tejido, como parte del intestino, sobresale a través de un punto débil en los músculos abdominales, puede ser doloroso, si no mejora por sí sola, puede provocar complicaciones por falta del flujo de sangre al intestino.

Origen extra-abdominal:

• Neumonía
• Embolia pulmonar
• Infarto de miocardio
• Pericarditis aguda
• Insuficiencia cardiaca congestiva
• Pielonefritis aguda
• Cólico renal
• Infarto renal
• Acidosis diabética
• Porfiria aguda intermitente
• Insuficiencia suprarrenal aguda
• Uremia
• Herpes zoster
• Compresión de raíces nerviosas D4-D12

Ante dolor abdominal persistente, se sugiere no automedicarse y consultar al médico para determinar su origen y tratamiento adecuado.
CAUSAS DE DOLOR ABDOMINAL CRÓNICO

• Trastornos estructurales (orgánicos): se puede identificar una alteración anatómica o fisiológica definida.

• Enfermedad ulcerosa péptica: Una “úlcera” es una llaga abierta y la palabra “péptica” significa que la causa del problema se debe al ácido, se manifiesta con la presencia de esas ulceras que se puede formar en el revestimiento del estómago y la parte superior del intestino delgado (duodeno). Las causas más comunes son la infección con la bacteria Helicobacter pylori y el uso prolongado de aspirina y otros fármacos antiinflamatorios. Se presenta con síntomas de dispepsia (ver definición más abajo) y puede ser difícil de distinguir clínicamente de esta. Puede tener complicaciones potencialmente graves, como sangrado o perforación.

• Cálculos biliares: son depósitos endurecidos de fluido digestivo que se pueden formar en la vesícula biliar. En caso de que un cálculo biliar se aloje en un conducto y provoque un bloqueo genera dolor.
Pancreatitis crónica: inflamación mantenida del páncreas, que provoca a largo plazo una fibrosis del mismo (es decir, una especie de “cicatrización”) que va a dar lugar a una pérdida del tejido normal del páncreas y por tanto de su función, pudiendo provocar por ejemplo diabetes y una mal digestión. Tiene diversas causas entre las más frecuentes el consumo de alcohol y tabaco.

• Enfermedades inflamatorias intestinales: término genérico que describe los trastornos que suponen una inflamación crónica del tubo digestivo. Algunos tipos son:

Colitis ulcerosa: provoca una inflamación crónica y úlceras en el revestimiento del intestino grueso (colon y del recto).

Enfermedad de Crohn: provoca una inflamación crónica del revestimiento del tubo digestivo que puede afectar al tracto digestivo superior e inferior, provocar ulceras pero puede extenderse más profundamente en la pared intestinal con mayor compromiso del estado de salud.

• Obstrucción intestinal: ver definición (1).

• Isquemia mesentérica: ver definición (2).

• Cáncer digestivo: se refiere a cualquiera de una gran cantidad de enfermedades digestivas caracterizadas por el desarrollo de células anormales que se dividen de manera incontrolable y tienen la capacidad de infiltrarse y destruir el tejido corporal normal.

• Inflamatorias pélvicas, Endometriosis.

• Porfiria.

• Epilepsia abdominal.

• Radiculopatía diabética.

• Compresión de raíz nerviosa.

• Uremia.

• Trastornos digestivos funcionales: no se puede identificar una alteración anatómica o fisiológica definida.

• Dispepsia funcional (no ulcerosa) o indigestión: es un término usado para describir uno o más síntomas entre los que tenemos una sensación de plenitud o hinchazón durante o después de comer y ardor o dolor en la parte superior del abdomen.

• Síndrome del intestino irritable: trastorno en el cual los síntomas se deben a la disfunción ocasionada por cambios en los nervios y músculos que controlan la sensibilidad y el movimiento intestinal. Se caracteriza por malestar abdominal o dolor recurrentes (síntomas que aparecen y desaparecen con el tiempo) asociados a un hábito intestinal alterado, ya sea constipación, diarrea o ambos.

• Disfunción del esfínter de Oddi (disquinesia biliar: síndrome post-colecistectomía): comprende un complejo de síntomas de dolor abdominal superior irregular que podría presentarse acompañado por náuseas y vómitos. Se cree que la causa es la cicatrización o espasmo del músculo del esfínter de Oddi, un músculo circular en el extremo inferior de los conductos biliar y pancreático que previene el reflujo de los contenidos intestinales hacia esos conductos. Si este músculo sufre un espasmo o presenta cicatrices, el drenaje de los conductos biliar y pancreático podría comprometerse. El dolor podría ser el resultado de la obstrucción de los conductos y podría desarrollarse después de la extirpación de la vesícula biliar.

¿Qué medidas preventivas podemos tomar?

Nunca es normal sentir dolor, pero no siempre se trata de una emergencia médica.

Las personas con signos de alarma o “banderas rojas”, deben acudir a la consulta médica por que quizás requiera atención inmediata. Aquellas sin signos de alarma deben obtener turno de forma programada con su médico.

Entre los signos de alarma que deben llevar a la consulta inmediata con su médico son:
Fiebre, diarrea, constipación persistente, sangre en materia fecal, náuseas o vómitos persistentes, vómito con sangre, dolor abdominal muy intenso o constante que hace que la persona se doble de dolor y/o dolor que empeora cuando se toca suavemente, ictericia (piel de color amarillo), hinchazón del abdomen persistente, pérdida de peso.

Diagnóstico

Cuando se evalúa un paciente con dolor abdominal, los elementos más importantes para lograr un diagnóstico son los antecedentes del mismo y la exploración física.

La historia clínica del paciente donde se detallan sus antecedentes es la información más útil con la que cuenta el médico para determinar la causa. Una descripción detallada de la cronología, localización e irradiación, intensidad y características del dolor, así como de los factores que lo alivian o agravan, la relación con los alimentos o movimientos intestinales y la relación con otros síntomas permite por lo general tener una idea clara sobre la probable causa del dolor.

Los hallazgos durante el examen físico pueden verificar la sospecha alcanzada con el interrogatorio y el médico podrá (o no) llegar a un diagnóstico.

En ciertas ocasiones, se establece la causa y se inicia el tratamiento. En otras circunstancias, se realizan pruebas para confirmar o excluir un diagnóstico específico; para ello pueden solicitarse varios exámenes complementarios, entre los cuales los más frecuentes son: análisis de sangre o de muestras de orina y materia fecal, radiografías del abdomen, ecografía abdominal o estudios endoscópicos.

Tratamiento

Establecido el diagnóstico, se procede al tratamiento específico para esa enfermedad.

Diarrea

La diarrea es un síntoma frecuente y autolimitado en huéspedes inmunocompetentes, raramente requiere tratamiento específico. Tiene significativa morbimortalidad en poblaciones de alto riesgo como lactantes, ancianos con comorbilidades e inmunocomprometidos. Las formas leves la experimentan todos los individuos en algún momento de su vida.

Definición:

La diarrea se define como un aumento en la frecuencia de las deposiciones (3 o más en 24 horas) y/o disminución de la consistencia de las heces. Puede presentar un comienzo brusco, a veces puede contener sangre, moco, pus o alimentos no digeridos. En la mayoría de los casos suele ser leve y desaparecer en pocos días, pero también puede prolongarse en el tiempo y evolucionar a una forma persistente o crónica.

Se clasifica de distintas formas, aquí describiremos dos, de acuerdo a la severidad y duración de los síntomas.

Según la duración de los síntomas:

– Diarrea aguda dura menos de 14 días

– Diarrea persistente dura entre 14 y 30 días

– Diarrea crónica dura más de un mes.

Según la severidad: 

– Diarrea leve (3 deposiciones diarias, síntomas gastrointestinales leves)

– Diarrea Moderada (3-6 deposiciones diarias, deshidratación leve a moderada, síntomas gastrointestinales intensos)

– Diarrea severa (mayor a 6 deposiciones diarias, deshidratación severa, síntomas gastrointestinales y sistémicos)

¿Cuáles son los síntomas?

Aunque el síntoma fundamental es el aumento del número de las deposiciones y la disminución de la consistencia, es frecuente que se asocie a otros síntomas concomitantes como fiebre, intolerancia alimentaria (náuseas, vómitos y dolor abdominal), tenesmo rectal, urgencia evacuatoria, diarrea sanguinolenta o mucosa. Si la diarrea es copiosa puede aparecer deshidratación por pérdida excesiva de líquidos.

¿Cuáles son sus causas?

Las causas pueden ser infecciosas o no infecciosas, siendo los virus la causa predominante.
Para orientarnos con sus posibles causas, dividiremos a la diarrea como inflamatoria o no inflamatoria. La inflamatoria puede presentar fiebre, diarrea sanguinolenta o mucosa, tenemos y urgencia evacuatoria.

Diarrea Inflamatoria:

Infecciosa: Bacterias (Salmonella, shigella, Escherichia Coli enteropatógena, Yersinia, Campylobacter), Colitis Pseudomembranosa, Tuberculosis Intestinal, infecciones virales ulcerativas (Citomegalovirus,Herpes simple) Infecciones parasitarias invasivas (Amebiasis,Strongyloidiasis,Entamoeba Histolytica).

No infecciosa: Enfermedad Inflamatoria Intestinal (Colitis Ulcerosa, Enfermedad de Crohn), Colitis Actínica, Colitis isquémica, Diverticulitis – neoplasias (Cáncer Colorectal, Linfoma),Yeyunoileítis ulcerativa.


Diarrea no inflamatoria:

Infecciosa: Virus (Rotavirus, enterovirus,Norwalk), parásitos( Giardia), Bacterianas ( Escherichia Coli enterotoxigénica).

No infecciosa: Hiperingesta, Malabsorción de Carbohidratos (Déficit de Disacaridasas), edulcorantes a base de Sorbitol, Manitol (Alimentos Light), Alergia alimentaria (Proteínas de la leche de vaca y soja), Intoxicación alimentaria, Antibióticos, Quimioterápicos, Abuso de laxantes (sulfatos, fosfatos, bisacodilo,magnesio, lactulosa), Sales de hierro, Malabsorción de ácidos biliares, Tumor Neuroendocrino, Enfermedad de Addison, Hipertiroidismo, Colitis Microscópica, Hipocalcemia, Carcinoma Medular de Tiroides, Vasculitis, Adenoma Velloso. Desórdenes de la motilidad intestinal (Síndrome de Intestino Irritable, Neuropatía Diabética Autonómica), Enfermedad Celíaca, Enfermedad de Whipple, Sobrecrecimiento Bacteriano Intestinal, Isquemia Mesentérica, Síndrome de Intestino Corto, Insuficiencia Pancreática Exócrina.
 

¿Qué medidas preventivas podemos tomar?

Se recomiendan normas básicas que consisten en higiene adecuada. Utilizar agua segura, consumir alimentos cocidos, verduras y frutas sin cáscara.

La diarrea de origen infeccioso se disemina a través del agua contaminada y puede transmitirse de persona a persona por la mala higiene personal, alimentos preparados en condiciones inadecuadas.

Evitar el consumo de pescado y carne crudos, beber agua potable, no consumir leche ni lácteos sin pasteurizar.

Diagnóstico:

En la mayoría de los casos se trata de cuadros leves que se pueden diagnosticar y tratar ambulatoriamente.

La herramienta fundamental para el diagnóstico es el interrogatorio médico sobre las características de la materia fecal: consistencia, volumen, frecuencia, presencia de sangre, moco o pus. Tiempo transcurrido desde el inicio del cuadro, si se asocia con la ingesta de ciertos alimentos, si se encuentra atravesando situaciones de estrés, si realizó algún viaje reciente, ingesta de antibióticos u otros fármacos previamente, estado inmunitario del paciente.

Una vez realizado un minucioso interrogatorio, el profesional podrá solicitar estudios complementarios tales como laboratorio con serologías para enfermedad celíaca, perfil tiroideo, serología HIV, en diarrea persistente o crónica.

De acuerdo al caso, también podrán solicitarse estudios de materia fecal. Los leucocitos en materia fecal, permite diferenciar entre diarrea inflamatoria y no inflamatoria. Coprocultivo, parasitológico, toxinas A y B para Clostridium difficile, ante sospecha en diarrea persistente o crónica.

Con todos los estudios e interrogatorio efectuado, el profesional médico podrá realizar el diagnóstico e instaurar el tratamiento adecuado.

La Videoendoscopía Digestiva Alta y Video Colonoscopía – Rectosigmoidoscopía pertenecen a estudios complementarios avanzados, no se requiere en la evaluación inicial del cuadro, excepto en casos de diarrea persistente o crónica, diarrea sanguinolenta, si se acompaña de pérdida de peso significativa, proctitis en inmunocomprometidos, pacientes con Enfermedad Inflamatoria Intestinal o sospecha.

Tratamiento:

La deshidratación es la complicación más frecuente por lo tanto el tratamiento de la diarrea de cualquier origen es la prevención y soporte hidroelectrolítico. Se recomienda las primeras 24 horas dieta líquida exclusiva mediante el consumo de agua, jugo de frutas diluido, bebidas deportivas, caldos, té, gelatina, agua de arroz.

Incorporar alimentos progresivamente, en porciones pequeñas y varias comidas al día (6 colaciones diarias). La dieta astringente consiste en arroz blanco hervido, polenta, fideos blancos con queso, pollo sin piel o pescado a la plancha, pan tostado, galletas de agua, carne magra, zanahoria o verduras hervidas, manzana rallada o asada.

Evitar leche y derivados, grasas, fritos, fibras, pasteles, galletas dulces, café, jugos azucarados enlatados.

Los probióticos son beneficiosos en las diarreas posterior al uso de antibióticos.

No utilizar antidiarreicos sin indicación médica, ya que pueden complicar la evolución.

No utilizar antibióticos para la diarrea adquirida en la comunidad, ya que estudios epidemiológicos sugieren que la mayoría son de origen viral, por lo tanto, no es un tratamiento de rutina, y a su vez existe el riesgo de alterar la microbiota gastrointestinal con el uso inadecuado.

En síntesis, la mayoría de los cuadros diarreicos son autolimitados, remiten espontáneamente y habitualmente tienen una duración de 3 a 7 días. Es importante la consulta para evitar deshidratación severa si el cuadro no mejora.  Aconsejamos no automedicarse y consultar a su gastroenterólogo para un mejor diagnóstico y manejo clínico. 

Celiaquía

La Celiaquía es una enfermedad crónica, inmunomediada.

¿Qué es la Enfermedad Celíaca?

Es una enfermedad crónica, inmunomediada (es una condición patológica en la cual el sistema inmunitario se convierte en el agresor que ataca y destruye a los propios órganos y tejidos corporales sanos), sistémica, precipitada por la ingestión de proteínas tóxicas del trigo, avena, cebada y centeno, comúnmente llamadas gluten, que afectan al intestino delgado en
individuos genéticamente predispuestos.


¿Cuáles son sus causas?

La Enfermedad Celíaca tiene una base genética fundamental, los pacientes poseen el antígeno de histocompatibilidad HLA DQ2 o DQ8.

Otros factores ambientales actuarían como posibles desencadenantes o protectores según el caso: introducción del gluten en la dieta de los bebés, duración de la lactancia materna, algunas infecciones virales, entre otras.

¿Cuáles son los síntomas?

La Enfermedad Celíaca clásica se presenta con síntomas gastrointestinales: diarrea crónica, dolor abdominal, distensión, gases, vómitos, disminución de peso, y aftas orales.

Un pequeño porcentaje de pacientes puede tener constipación.

Existen manifestaciones extraintestinales, la mayoría obedecen a la malabsorción de nutrientes, entre ellas Anemia por falta de hierro o ácido fólico, disminución del magnesio y calcio en sangre que pueden dar calambres, osteopenia u osteoporosis, alteración de las enzimas hepáticas, perdida del esmalte dental, caída de cabello, uñas quebradizas, debilidad o fatiga, baja estatura, infertilidad, menarca tardía o menopausia precoz, cefaleas, trastornos psiquiátricos especialmente depresión, convulsiones.

Es muy frecuente diagnosticar la Enfermedad Celíaca por estas manifestaciones, aun cuando no haya síntomas digestivos.

Y también es importante aclarar que existe la Enfermedad Celíaca asintomática.

Diagnóstico

El diagnóstico se basa en la presencia de anticuerpos en sangre (anticuerpo antitransglutaminasa IgA y DGP (anticuerpos deaminados de gliadina) más endoscopía digestiva alta con biopsia duodenal (bulbo y segunda porción duodenal), donde se evidencia atrofia vellositaria.

Debe realizarse el diagnóstico antes de iniciar la dieta libre de gluten.

Existen, con menos frecuencia, condiciones como la enfermedad celíaca potencial, que es aquella que presenta anticuerpos en sangre positivos pero la biopsia de duodeno es normal, y la enfermedad celíaca seronegativa, aquella que presenta biopsia con atrofia, pero los anticuerpos son negativos.

Debe buscarse enfermedad celíaca en familiares de primer grado con Enfermedad Celíaca, ciertas enfermedades autoinmunes como diabetes tipo 1, tiroiditis de Hashimoto, entre otras, y síndrome de Down, aun cuando no haya síntomas de la enfermedad.

Puede diagnosticarse a cualquier edad, incluso en ancianos.

Tratamiento

El único tratamiento probado científicamente es la estricta adherencia a la dieta libre de gluten durante toda la vida.

El gluten está presente en los cereales de trigo, avena, centeno y cebada (TACC), por lo que se recomienda evitar su uso y los derivados.

Tener en cuenta los productos industrializados que puedan contener gluten en su composición. Se recomienda consultar los listados de alimentos libres de gluten.

Muchos medicamentos también contienen gluten en su composición por lo que deben usarse solo los libres de TACC.

Además, tratamiento dirigido a corregir la anemia o los déficits vitamínicos si es que los hubiera.

En el manejo del paciente celíaco es fundamental el seguimiento conjunto del médico con una nutricionista experta en enfermedad celíaca.

Pólipos Gástricos

Los pólipos gástricos son lesiones sobreelevadas generadas por aumento del crecimiento de las células que recubren la pared del estómago.

¿Qué es un pólipo gástrico?

Los pólipos gástricos son lesiones sobreelevadas generadas por aumento del crecimiento de las células que recubren la pared del estómago.

¿Cuáles son los síntomas?

Se pueden manifestar de distintas maneras. En la mayoría de los casos estos pólipos no generan ningún síntoma, generalmente se encuentran de manera accidental cuando se hace un estudio endoscópico por cualquier otro motivo. Cuando empiezan a crecer pueden presentarse con:

  • Sangrados en la materia fecal o anemia en los análisis de sangre.

  • Náuseas o vómitos.

  • Dolor abdominal.

 ¿Cuáles son sus causas?

Las causas más frecuentes son:

  • Inflamación crónica del estómago o “gastritis”.

  • Infección por Helicobacter Pylori (HP), se asocia principalmente con la formación de pólipos hiperplásicos o inflamatorios.

  • Tratamiento prolongado de medicamentos como los inhibidores de la bomba de protones (IBP) que se utilizan para disminuir el ácido del estómago. Se asocian a la formación de pólipos de las glándulas fúndicas y suelen desaparecer con la suspensión de los mismos.

  • Poliposis adenomatosa hereditaria. Es un síndrome que se transmite de padres a hijos y poco frecuente por el cual se forman muchos pólipos de glándulas fúndicas. Estos pueden malignizar por lo que se sugiere la extracción de los mismo.

¿Qué medidas preventivas podemos tomar?

No hay algo que puedas hacer para evitar que se formen. La mejor forma de prevenir es consultar al médico en el caso de tener algunos de los síntomas descritos o antecedentes familiares.

Diagnóstico

La videoendoscopía digestiva alta (VEDA) es el estudio que se utiliza para ver el estómago por dentro y hacer diagnóstico de estas lesiones. Mediante este procedimiento se puede tomar una biopsia, que es una pequeña muestra del pólipo, o extirparlo.

Tratamiento

El tratamiento se asocia al tipo de pólipo:

Cuando los pólipos son muchos y de pequeño tamaño en general no requiere ningún tratamiento, la biopsia de uno suele ser suficiente. Se puede realizar seguimiento con endoscopía para sacar aquellos que crezcan o que te generen algún síntoma.

  • A los pólipos grandes hay que extraerlos, y en la mayoría de los casos se puede hacer por endoscopía.

  • Los adenomas y los pólipos asociados a síndromes polipósicos hereditarios se deben extraer ya que hay riesgo de que se transformen en lesiones malignas (cáncer).

  • Los pólipos hiperplásicos, asociados a la infección por HP, suelen desaparecer con el tratamiento antibiótico de la misma.

Ictericia

La Ictericia es un síntoma. Se produce cuando la piel, las partes blancas de los ojos (conjuntivas) y el paladar (mucosas) se ponen amarillas; como consecuencia del exceso de bilirrubina en la sangre.

¿Qué es la Ictericia?

La Ictericia es un síntoma. Se produce cuando la piel, las partes blancas de los ojos (conjuntivas) y el paladar (mucosas) se ponen amarillas; como consecuencia del exceso de bilirrubina en la sangre.


¿Cuáles son los síntomas?

La Ictericia es un síntoma relacionado con la presencia de exceso de bilirrubina en la sangre. En algunos casos, la ictericia puede acompañarse de coluria (orinas de color muy oscuro por la presencia de bilirrubina en la orina) y acolia (heces muy claras por la ausencia de pigmentos derivados de la bilirrubina). Prurito (picazón) en el cuerpo como consecuencia de la acumulación de sustancias que deberían eliminarse por la bilis.

¿Cuáles son sus causas?

Su causa principal es el aumento de la bilirrubina. La bilirrubina es una sustancia química color amarillo que contiene la hemoglobina, sustancia que transporta el oxígeno en los glóbulos rojos. A medida que los glóbulos rojos se degradan, el cuerpo produce nuevos glóbulos rojos para sustituirlos. Uno de los productos de la degradación de los globúlos rojos es la bilirrubina que se metaboliza por el hígado y se elimina a través de él.

Existen dos situaciones donde puede aumentar la bilirrubina. Aquellas donde hay un aumento en la degradación de los glóbulos rojos como las enfermedades de la sangre (causa no hepática), y aquellas donde el hígado no puede metabolizar o eliminar la bilirrubina, produciendo la acumulación en el organismo, como sucede en las enfermedades hepáticas que producen hepatitis, en la cirrosis cuando esta descompensa, en casos obstrucción de los conductos biliares, entre otras causas.

Diagnóstico

Un examen de sangre donde se observe la presencia de valores de bilirrubina elevados permite confirmar el diagnóstico. Por otra parte, se debe realizar otros exámenes complementarios según correspondan para orientar el diagnóstico de la causa de la ictericia.

Tratamiento

El tratamiento se basa en el hallazgo de la causa de la ictericia.

Como se mencionó previamente la Ictericia no es una enfermedad por sí misma, sino que se trata de un síntoma como manifestación de un trastorno subyacente. Por este motivo, el descenso de los valores de bilirrubina y en consecuencia de la icteria, se basará en tratar la causa que produjo dicho cuadro.

Hepatitis

Las hepatitis son un grupo de enfermedades, de origen infeccioso o no, que afectan al hígado produciendo la inflamación del mismo.

¿Qué son las hepatitis?

Las hepatitis son un grupo de enfermedades, de origen infeccioso o no, que afectan al hígado produciendo la inflamación del mismo.

Tipos de hepatitis: Las hepatitis se pueden clasificar de acuerdo a su causa en virales, metabólicas, tóxicas, alcohólica, autoinmune, hígado graso, etc.

A su vez, se pueden clasificar según el tiempo de evolución en agudas o crónicas. Las agudas son aquellas que remiten antes de los 180 días, y las crónicas cuando son las que se extienden más allá de los 6 meses, pudiendo persistir toda la vida.

¿Cuáles son los síntomas?

Independientemente de cual sea la causa de la hepatitis, la mayoría de las veces las formas agudas son muy poco sintomáticas o no se manifiestan. Un bajo porcentaje de casos, se expresan con color amarillento de los ojos y de la piel (ictericia), orina de color oscuro (coluria) y materia fecal clara (acolia).

Por su parte, las hepatitis crónicas habitualmente son asintomáticas, incluso en estadio avanzados (cirrosis) cuando la función hepática se encuentra conservada. En el estadio de cirrosis descompensada, que es cuando la función hepática se encuentra deteriorada, y aparecen las manifestaciones clínicas como el color amarillento de piel y mucosas (ictericia), retención de líquido en el abdomen y miembros inferiores, trastornos de la conciencia, o sangrado digestivo.

¿Cuáles son sus causas?

Los virus de la hepatitis son la causa más frecuente de las hepatitis, también pueden deberse a sustancias tóxicas (por ejemplo, el alcohol o determinadas drogas), hígado graso no derivado del consumo del alcohol (esteatohepatitis no alcohólica) o enfermedades autoinmunitarias (Hepatitis Autoinmune).

¿Qué medidas preventivas podemos tomar?

Las hepatitis A y E se transmiten por la vía fecal-oral, es decir, cuando una persona no infectada ingiere alimentos o agua contaminados por las heces de una persona infectada, producida por una higiene inadecuada de las manos, de los alimentos, inadecuada eliminación de las excretas y falta de potabilización del agua. Por lo cual, la forma de prevenirlas consiste en saneamiento de aguas, limpiar adecuadamente los alimentos, y el adecuado manejo de residuos.

Las hepatitis B y D son infecciones de transmisión sexual, vertical (madre a hijo en el momento del parto), y parenteral, es decir por contacto con sangre contaminada, a través de inyecciones, material médico, lesiones en la piel o mucosas.

Las hepatitis C se transmite casi exclusivamente por la vía parenteral y raramente es de transmisión sexual o vertical.

Para evitar el contagio a través de la vía parenteral la mejor medida es el uso de materiales descartables o adecuadamente esterilizados, no compartir jeringas, por ejemplo. Por otra parte, para evitar la transmisión por vía sexual, la forma de prevenirla es a través de la protección con métodos de barrera en las relaciones sexuales.

A su vez existen vacunas para prevenir la Hepatitis A y B, y forman parte del Calendario Nacional de Vacunación, su aplicación es importante para prevenirlas. Actualmente no hay una vacuna para la hepatitis C.

La enfermedad por hígado graso no alcohólico se produce como consecuencia de la acumulación de grasa en el hígado que no es causada por el consumo de alcohol. La enfermedad por hígado graso está estrechamente relacionada con el sobrepeso o la obesidad, la diabetes o insulinoresistencia, la dislipemia. La forma de prevenirlo es tener un adecuado control de todos estos factores, incluso con tratamiento farmacológico si fuera necesario y por sobre todo mantener un peso adecuado teniendo una alimentación saludable y realizando actividad física.

Por último, en todas las enfermedades evitar el consumo de alcohol es una forma de prevenir tanto la enfermedad hepática por el mismo, entre ellas la hepatitis alcoholica, y el daño que el mismo produce en otras enfermedades hepáticas.

Diagnóstico

El diagnóstico de hepatitis se realiza a través de la evidencia de niveles altos de las enzimas hepáticas, que en algunos casos se asocia a elevación de los niveles de bilirrubina y determinaciones relacionadas con la función del hígado, por ejemplo, la coagulación.

Una vez realizado el diagnóstico de hepatitis, para determinar su causa se solicitarán exámenes específicos como las serologías virales o autoanticuerpos en el caso de las hepatitis autoinmunes. En función de los resultados, en algunos casos es necesario realizar estudios por imágenes u otras determinaciones de laboratorio. Eventualmente, para confirmar el diagnóstico puede ser necesario realizar una biopsia hepática, como en las hepatitis autoinmunes, la hepatitis alcohólica, la esteatohepatitis, entre otras.

Tratamiento

El tratamiento es determinado por el tipo de hepatitis y el tiempo de evolución entre otros factores.

La hepatitis A usualmente no necesita tratamiento ya que es una enfermedad de corta duración, que resuelve sin mediar un tratamiento específico.

Para el tratamiento de las hepatitis B y C existen fármacos antivirales y la indicación de los mismos deberá ser evaluada por el médico tratante.

Las hepatitis autoinmunes requieren tratamiento específico con glucocorticoides en asociación de otras drogas que controlan el sistema inmune del paciente, para disminuir el daño hepático.

En el caso de la esteatohepatitis no alcohólica, aunque existen muchas drogas que se encuentran en estudio, no hay al momento un tratamiento específico. En este caso el tratamiento consiste en realizar control y tratamiento de aquellos factores que contribuyen a su desarollo, como la Hipertensión arterial, Dislipidemia, Diabetes o Insulinoresistencia.

Esófago de Barrett

El Esófago de Barrett es la consecuencia de la exposición del esófago al ácido gástrico en forma crónica.

¿Qué es el esófago de Barrett?

Es la consecuencia de la exposición del esófago al ácido gástrico en forma crónica. Esto produce que algún sector de la pared del esófago sea reemplazado por una mucosa parecida a la del intestino delgado.

¿Cuáles son los síntomas?

El esófago de Barrett en sí, no produce síntomas; estos están relacionados al reflujo gastroesofágico.

¿Cuáles son sus causas?

A pesar que muchos pacientes con esófago de Barrett refieren nunca haber tenido síntomas de reflujo, se sabe que es la principal causa de esta patología.

¿Qué medidas preventivas podemos tomar?

Ante la presencia de acidez o reflujo en forma reiterada se sugiere consultar con su médico. El descenso de peso, la dieta saludable, la cesación tabáquica y el ejercicio físico ayudan a disminuir el reflujo gastroesofágico.

Diagnóstico.

La endoscopía digestiva alta es el estudio diagnóstico por excelencia. Durante la misma se tomarán pequeñas biopsias para realizar el diagnóstico del esófago de Barrett.

Tratamiento.

Es fundamental los cambios en el estilo de vida: mantener una dieta saludable y no tener sobrepeso, entre otros (mismos que para reflujo).

Por otro lado, los inhibidores de la bomba de protones (protectores gástricos) no sólo alivian los síntomas, sino que ayudan a que la enfermedad no progrese hacia la displasia.

En caso que se diagnosticara algún sector con displasia, hay diversos tratamientos endoscópicos disponibles para la erradicación del esófago de Barrett.

Diverticulitis

¿Qué son los divertículos?

Los divertículos colónicos, son pequeños sacos, o “bolsitas”, que sobresalen a través de la pared del colon (intestino grueso), en zonas naturalmente más débiles de esa capa muscular.

La presencia de uno o más divertículos en el colon se llama diverticulosis.

No aparecen desde el nacimiento, sino que se van formando a lo largo de la vida, y por lo general se presentan a partir de los 35-40 años.

Pueden desarrollarse en cualquier parte del colon, pero generalmente se forman en el colon sigmoides que es la parte final del mismo, antes de llegar al recto, y se localiza abajo y a la izquierda del abdomen.

Afecta a la tercera parte de los mayores de 60 años y a más de la mitad de los mayores de 80 años.

Los divertículos no suelen causar problemas en la salud digestiva. Sin embargo, en ocasiones pueden inflamarse /infectarse (diverticulitis) o incluso sangrar (hemorragia digestiva) por lo que es importante la consulta ante cualquier síntoma.

¿Qué es la diverticulitis?

La diverticulitis es una de las complicaciones que pueden presentar los divertículos.

Se trata de la inflamación y/o infección de un divertículo, que puede dar lugar a una acumulación de pus (absceso) alrededor del mismo. Si se presenta una microperforación en el divertículo, el líquido y las bacterias pueden filtrarse hacia el abdomen y causar una afección más grave llamada peritonitis.

Los síntomas son dolor de moderada o alta intensidad, en la parte baja hacia la izquierda en el abdomen, similar al de la apendicitis (pero del lado contrario), fiebre y escalofríos, y acompañado a veces con alteración en la forma de la materia fecal y en el ritmo evacuatorio.

¿Cuáles son sus causas?

Los divertículos se desarrollan con el correr del tiempo. Los mismos se pueden producir por diferentes motivos a saber:

– Presión intracolónica: ante un aumento de presión dentro del colon (por espasmos de la capa muscular), y esta presión va empujando la capa interna (llamada mucosa) de la pared intestinal, sobresaliendo en forma de “sacos” o “pequeños globos”.

– Alteraciones en el tejido nervioso entérico (neuronas que se encuentran en el tubo digestivo), en el tejido de sostén (colágeno), los músculos lisos que componen parte del colon y la motilidad colonia, contribuyen a la formación de los divertículos.

La causa de estos espasmos es desconocida, pero pueden estar relacionados con una dieta baja en fibra o alta en carne roja.

– Predisposición genética para la aparición de los divertículos.

En el caso de la diverticulitis, estudios han confirmado y ampliado el rol que juega la dieta y otros factores en el estilo de vida. Ambos afectan a la flora bacteriana intestinal (microbioma o microbiota), y un cambio en la composición, diversidad y funciones de la misma, predispone a la aparición de la infección diverticular.

Aumenta el riesgo de aparición de diverticulitis las dietas alta en carnes rojas, grasa, granos y azucares refinados. La obesidad y en particular, la obesidad central.

Fumar tabaco, está asociado al aumento en el riesgo de tener diverticulitis, y en especial, una diverticulitis complicada. Es decir, cuando esta evoluciona hacia un abseso o a peritonitis.

Por su parte, el sedentarismo y algunos medicamentos, como los antiinflamatorios no esteroideos (AINES), también se han asociado a esta complicación de la enfermedad diverticular.

¿Qué medidas preventivas podemos tomar?

Si bien siempre es importante el rol de la predisposición genética en la aparición de las enfermedades, en este caso, podemos fundamentalmente, ayudar a evitar las complicaciones de los divertículos mediante:

  • Dieta rica en fibra (frutas, vegetales y granos enteros), y/o productos que aumenten el volumen de la materia fecal. El aumento de volumen del contenido del intestino grueso reduce los espasmos, lo cual, a su vez, disminuye la presión sobre sus paredes.

  • Actividad física aeróbica.

  • Evitar el tabaquismo y el aumento de peso que lleve a obesidad.

  • Ingesta de abundante líquido (agua).

Diagnóstico

Se puede sospechar la presencia de divertículos, en el caso de aparición de dolor abdominal tipo retorcijón, en la región inferior (del ombligo hacia abajo) y hacia el lado izquierdo generalmente, y con trastornos en la evacuación.

Otra sospecha de diverticulosis es la aparición de sangrado rectal, en cantidad y de aparición brusca.

Normalmente el diagnostico se confirma con colonoscopía, radiografía con enema de bario (el colon por enema), tomografía computarizada, colonoscopía virtual o videocápsula colónica.

En realidad, estos estudios generalmente se piden por otras causas y ahí se observan los divertículos.

En el caso de las diverticulitis, el diagnostico se basa en:
– Síntomas: dolor de aparición brusca o de diferentes características al habitual, fiebre y alteración en las deposiciones.
– Examen físico: dolor a la palpación en parte baja de abdomen hacia el lado izquierdo o en todo el abdomen.
– Análisis de sangre y los estudios por imágenes ya mencionados, donde además de la aparición de los divertículos se observan otros hallazgos compatibles con inflamación diverticular, absesos o perforación.

Tratamiento

Habitualmente, el objetivo del tratamiento de los divertículos es:


– En el caso de presencia de divertículos, sin síntomas, mantener las medidas ya descriptas para evitar complicaciones: una dieta rica en fibra (verduras, frutas y cereales integrales) y beber suficiente cantidad de líquidos (basados en agua, y sin gas), son las medidas terapéuticas básicas.

– En personas con síntomas de dolor o alteración del tránsito, el objetivo es disminuir los espasmos intestinales. Favorecer el transito y a veces es necesario el uso de fármacos para disminuir la motilidad (espasmolíticos) o analgésicos habituales.

– En las diverticulitis leves, el tratamiento se hace con antibióticos vía oral tomados en casa, (aunque en los últimos años se postula que quizás no serían necesarios), pero los casos más graves requieren internación con antibióticos intravenosos y ayuno.

– La cirugía se indica ante episodios repetidos, o ante complicaciones como un absceso, una peritonitis, una fístula o una obstrucción intestinal.


Ante síntomas asociado a diverticulitis, sugerimos la consulta a un gastroenterólogo.

Constipación Intestinal

La constipación es un trastorno funcional que se caracteriza por presentar deposiciones poco frecuentes o por presentar dificultad para la evacuación.

La constipación es un trastorno funcional que se caracteriza por presentar deposiciones poco frecuentes o por presentar dificultad para la evacuación. Además, puede estar asociado a otros síntomas como dolor abdominal y/o hinchazón.

¿Cuáles son los síntomas?
  • Presentar menos de 3 deposiciones por semana.

  • Necesidad de hacer un esfuerzo excesivo para poder evacuar el intestino.

  • Presentar heces duras (del tipo 1 o dos de la Escala de Bristol).

  • Sentir como si no hubieras tenido una evacuación completa.

  • Sentir como si hubiera una obstrucción o bloqueo anorrectal.

  • Necesidad de realizar algunas maniobras para evacuar; esto es por ejemplo: usar los dedos, masajear el abdomen o incluso “empujar” con las manos la región del periné.

Para hablar de constipación crónica, estos síntomas deben ocurrir al menos durante 6 meses.

Si además presentas síntomas como: pérdida de peso, sangrado digestivo, o tenés antecedentes familiares de cáncer de colon SIEMPRE debes consultar a tu gastroenterólogo. Estos síntomas son “signos de alarma” que obligan a tu médico a descartar otro tipo de patologías malignas como el cáncer de colon.

¿Por qué se produce el estreñimiento?

Las posibles causas de estreñimiento son muchas. En la mayoría de los casos, la constipación se debe a un mal funcionamiento del colon, del recto o del ano. Este mal funcionamiento puede ser de varios tipos.

En primer lugar puede suceder que el colon no se contraiga adecuadamente y no genere los movimientos necesarios para hacer avanzar las heces hasta el recto. A esto se lo denomina constipación por tránsito lento.

El segundo problema que puede existir es lo que se denomina obstrucción del tracto de salida. Esto puede deberse a una contracción paradójica o una relajación inadecuada de los músculos del piso pélvico durante el intento de defecación o por fuerzas de propulsión inadecuadas durante el intento de defecación; ya sea porque el recto no tiene la sensibilidad necesaria para activar el mecanismo de la defecación o bien porque no se ejerza la suficiente contracción de los músculos del abdomen para generar la fuerza necesaria para evacuar las heces, haciendo que la materia fecal se acumule en el recto.

Por otro lado, existen causas secundarias, en donde la constipación se produce por otra condición asociada. De estas se pueden mencionar a todas las relacionadas con alguna enfermedad del colon que condiciona un estrechamiento o una dificultad para el paso de las heces (por ejemplo, pólipos grandes, estenosis), las que se relacionan con enfermedades endocrinas (hipotiroidismo, diabetes) y las que se relacionan con enfermedades del sistema nervioso (Parkinson, esclerosis múltiple, etc.). Muchos fármacos de uso habitual pueden también producir estreñimiento.

Finalmente, hay que tener en cuenta que los hábitos diarios y sus cambios pueden dar lugar a estreñimiento. Por ejemplo: un cambio en la dieta (especialmente que conlleve una disminución de la ingesta de fibra o una disminución de la ingesta de líquido) o incluso la disminución del ejercicio físico habitual, pueden dar lugar a estreñimiento o acentuar un estreñimiento previo.


¿Tiene consecuencias el estreñimiento crónico?

En general el estreñimiento crónico no produce consecuencias graves para la salud. Pero, muy a menudo, se asocia con al desarrollo de problemas anales como son las hemorroides y la fisura anal. Si bien estas entidades no tienen riesgo de vida, resultan muy molestas para los pacientes y alteran la calidad de vida.

Además, la constipación crónica se ha relacionado con la formación de divertículos. Estas son unas “bolsitas” que se desarrollan en el colon y en algunos casos pueden dar lugar a complicaciones como sangrado, inflamación o perforación.

Algunos consejos para prevenir el estreñimiento:


1. Llevar una alimentación variada.

Es recomendable llevar una alimentación estilo “mediterránea”. Esta dieta consiste en una ingesta rica en frutas, vegetales, legumbres y grasas saludables como los frutos secos; la ingesta moderada de pescado, carne magra, aves, vino tinto y lácteos fermentados bajos en grasa; y además consumir menor cantidad de carnes rojas, alimentos procesados y dulces.

Un estudio presentado en la United European Gastroenterology (UEG) durante el 2019, ha demostrado que una dieta estilo “mediterránea” podría fomentar el crecimiento de las bacterias que tienen propiedades antiinflamatorias, y proporcionar así protección para el intestino.

2. Consumir alimentos ricos en fibra.

La fibra es un componente vegetal que resiste la digestión en el intestino delgado, llegando al colon de forma intacta, en donde es fermentado por las bacterias colónicas.


En la naturaleza se encuentran dos tipos de fibra:


? La fibra soluble: presente en el salvado de avena, cebada, nueces, semillas, lentejas y algunas frutas y verduras.

Este tipo de fibra se disuelve en agua formando un gel y es degradada por las bacterias del colon, produciendo gas y ácidos grasos que estimulan el peristaltismo, aumentando así el tránsito intestinal. Este mecanismo aumenta la flora y el volumen de las heces disminuyendo la consistencia, pero en algunos casos puede generar flatulencia, distensión y malestar. Entonces, para mejorar la tolerancia, es conveniente introducirla en forma paulatina.


? La fibra insoluble: está en el salvado de trigo, las verduras y en la cáscara de los granos.

Este tipo de fibra acelera el paso de los alimentos en el estómago y en el intestino.

Una dieta rica en fibra contribuye a mantener limpio y sano el intestino, ya que ablanda las heces aumentando su peso y agrandando su tamaño. Una materia fecal voluminosa es más fácil de evacuar, lo que disminuye la probabilidad de estreñimiento, el riesgo de desarrollar hemorroides y divertículos.

A su vez, la fibra tiene otros beneficios; reduce los niveles de colesterol, ayuda a controlar los niveles de azúcar en la sangre, permite lograr un peso saludable y está asociado con un menor riesgo de enfermedades cardiovasculares y cáncer de colon.

Se recomienda una ingesta de fibra en adultos superior a 25/30 gramos al día.

Si no estás consumiendo suficiente fibra todos los días, es posible que necesites aumentar el mismo. Algunas buenas opciones incluyen:


? Productos integrales.
? Frutas.
? Vegetales.
? Legumbres como lentejas, porotos, arvejas, habas.
? Frutos secos y semillas.

Aconsejamos la fibra integral. Los alimentos de grano entero contienen más fibra que los refinados y favorecen la salud de la flora intestinal. Además, provocan más saciedad y evitarán los “picoteos” entre comidas.

3. Incorporar probióticos en la dieta: a través de los yogures, kéfires o leches fermentadas.

Los probióticos son microorganismos vivos que, en cantidades adecuadas, producen un beneficio para la salud. Estos compiten con los microorganismos patógenos, producen sustancias fundamentales para nutrir la mucosa del colon y también pueden ser una ayuda frente a algunas molestias digestivas.

Tomar yogur y aperitivos fermentados como aceitunas o pepinos fermentados en conserva, ayuda a reponer la flora intestinal y combatir el estreñimiento de forma natural.

4. Beber mayor cantidad de agua.

La fibra tiene una gran capacidad para retener líquido y aumentar así el volumen de la materia fecal, haciendo más fácil la evacuación. Por ello, acompaña el consumo de fibra bebiendo más cantidad de agua natural o a través de líquidos que pueden proceder de infusiones o caldos de verduras.

5. Hacer ejercicio a diario.

Practicar algún tipo de actividad física de forma regular produce un aumento de la motilidad intestinal gracias al aumento del flujo sanguíneo a nivel intestinal y a la secreción de péptidos y hormonas. Esto lo convierte en una muy buena herramienta para combatir el estreñimiento ocasional.

6. Tratar de mantener tu rutina alimentaria.

La rutina a la hora de organizar las comidas diarias ayuda al organismo a prepararse mejor para asimilar correctamente los alimentos ingeridos. Por otro lado, para una mejor digestión lo mejor es comer con tranquilidad, evitando las prisas y masticando bien cada bocado.

7. No aguantar los deseos de evacuar.

Es importante no diferir la evacuación para que las heces no se deshidraten volviéndose más duras y también para evitar la pérdida de la sensibilidad rectal.

¿Como se realiza el diagnóstico de constipación?

En muchos casos, una historia clínica completa y detallada hecha por el médico puede ser suficiente para identificar el tipo y causa del estreñimiento, y así, poder instaurar un tratamiento inicial.

En otras ocasiones puede ser necesario hacer estudios complementarios.

? Análisis de sangre. Permite identificar problemas del metabolismo como diabetes o problemas de tiroides que puedan ser causa de estreñimiento.
? Videocolonoscopía: Permite evaluar el colon en toda su extensión para descartar causas orgánicas como estenosis o tumores que producen estreñimiento.
? Manometría anorrectal: Este estudio permite el registro de las presiones, los reflejos y la sensibilidad de la zona ano-rectal.
? Test de expulsión del balón: Esta prueba mide el tiempo requerido para expulsar un balón colocado en el recto. A menudo se realiza junto a la manometría anorrectal.
? Tránsito colónico con marcadores radiopacos: En este procedimiento, se evalúa el tránsito intestinal mediante la realización de radiografías seriadas posterior a la ingestión de marcadores radiopacos.
? Defecografía: es una radiografía del recto durante la defecación.
? Defecografía por resonancia magnética.


Tratamiento:

El tratamiento del estreñimiento crónico debe comenzar con la re-educación del paciente. Esto se refiere a cambios en el estilo de vida, en la dieta y en la eliminación de medicamentos que puedan causar o empeorar la constipación.

Si los síntomas persisten, y no hay síntomas de alarma que hagan sospechar una patología maligna, se puede iniciar la terapia empírica con laxantes.

Existen muchos tipos de laxantes, con mecanismos de funcionamiento y potencia diferente. De ellos los más utilizados en la práctica diaria son:

  • Suplementos de fibra: como se detalló anteriormente, los suplementos de fibras añaden volumen a las heces. Entre estos, se incluyen el Psyllium y el plantago ovata.

  • laxantes osmóticos: como el hidróxido de magnesio, el citrato de magnesio, la lactulosa o el polietilenglicol.

Posteriormente, luego de la realización de estudios, si el médico lo considera, y una vez tipificada el tipo de constipación se debe iniciar un tratamiento específico.

Algunos esquemas de tratamiento incluyen:

  • Fármacos pro-secretores – agonistas de la guanilato ciclasa C como el linaclotide.

  • Fármacos agonistas del receptor 5-HT4 estimulan el peristaltismo y la aceleración del tránsito gastrointestinal como el prucalopride.

  • Terapia con biofeedback: Son ejercicios que permiten entrenar los músculos del suelo pélvico. Es el tratamiento indicado en la constipación de tpo obstrucción del tracto de salida

  • Cirugía: puede ser una opción terapéutica en otros casos de constipación como, por ejemplo: megacolon, recto cele, fisura anal, entre otros.
    Ante la presencia de estreñimiento crónico, siempre es recomendable consultar a un profesional.

Cáncer de esófago

Es una enfermedad maligna que ocurre en el esófago, órgano del aparato digestivo superior en forma de tubo muscular hueco que va desde la garganta al estómago.

¿Qué es el cáncer de esófago?

Es una enfermedad maligna que ocurre en el esófago, órgano del aparato digestivo superior en forma de tubo muscular hueco que va desde la garganta al estómago.

El esófago ayuda a trasladar los alimentos que ingerimos desde la parte posterior de la garganta hasta estómago para digerirlos.

El cáncer de esófago generalmente comienza en las células que recubren su interior y es más habitual en hombres que en mujeres.

Es una de las causas más frecuentes de muertes por cáncer en todo el mundo. Las tasas de incidencia varían en las distintas ubicaciones geográficas.

¿Cuáles son los síntomas o signos más comunes?


Algunos de los signos y síntomas del cáncer de esófago son:
• Dificultad para tragar (disfagia).
• Pérdida de peso (no buscada).
• Dolor, presión o ardor en el pecho o en epigastrio (boca del estómago).
• Tos o disfonía (pueden reflejar también síntomas atípicos de reflujo gastroesofágico).
• Problemas digestivos crónicos progresivos obligan a descartar este tipo de tumores.

Por lo general, el cáncer de esófago incipiente no causa signos ni síntomas.

¿Cuáles son sus causas?


Las causas del cáncer de esófago no son siempre exactamente claras. Se produce cuando las células del esófago presentan errores (mutaciones) en el ADN. Los errores hacen que las células crezcan y se dividan sin control. La acumulación de células anormales genera un tumor en el esófago que puede crecer para invadir las estructuras cercanas y extenderse a otras partes del cuerpo de no ser detectado a tiempo.

El reflujo ácido no tratado correctamente es un factor de riesgo importante para desarrollar cáncer de esófago.

Hay patologías predisponentes específicas como el Esófago de Barrett, la Acalasia, los papilomas escamosos de esófago y la Tilosis, entre otras que aumentan la probabilidad de tener cáncer.

En algunas regiones, las tasas más elevadas de casos de cáncer de esófago se pueden atribuir al consumo de tabaco y alcohol o a ciertos hábitos nutricionales y obesidad.

¿Qué medidas preventivas podemos tomar?


Más allá de evitar los factores predisponentes modificables mencionados, la mejor prevención es la consulta temprana con su Médico de cabecera ante la presencia de síntomas o antecedentes de riesgo.

Diagnóstico


La principal herramienta diagnóstica es la detección temprana de lesiones mediante visualización directa con videoendoscopía digestiva alta (VEDA) que también permite la toma de biopsias para confirmación anatomopatológica.

También son útiles estudios por imágenes como la tomografía, resonancia magnética nuclear y seriada esófagogastroduodenal (SEGD), entre otros.

Vale la pena mencionar el rol de la ecoendoscopía para estadificar lesiones detectadas por VEDA.

Tratamiento:


Lesiones por cáncer de esófago encontradas a tiempo puede curarse con resección endoscópica.

La cirugía, radioterapia y quimioterapia son otras alternativas comunes de gran importancia para el tratamiento de lesiones que no pueden ser resecadas por endoscopía.

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